Patrick McGoohan y el prisionero
¿Alguna vez te ha cogido un desconocido del brazo, te ha susurrado al oído “tienes que ver El Prisionero” y acto seguido se ha marchado por donde vino, tropezándose antes de desaparecer por completo de tu vista? Si tu respuesta es afirmativa, mi más sincero pésame: me conoces. Esa persona era yo. (...) dedico un par de horas diarias a aparecerme a la gente para transmitirles de forma siniestra un mensaje trascendental en forma de extraño consejo.